Llegó un momento

en el que llegué a sentir tu dolor como si fuera el mio propio. Esa sensación de creer caer en ese agujero negro me desgarraba el corazón, más aún sabiendo que el tuyo corría la misma suerte.
Fui tu ángel en muchas ocasiones. Te traje a la luz desde la más profunda oscuridad. Te saqué de ese pozo negro que te retenía y no te dejaba respirar.
Tus lágrimas quemaban, por dentro.
Me dolías, y mucho.

[Espero que algún día, mis lágrimas se conviertan en tatuajes de dolor en tu corazón]

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