Me das miedo.

Tengo miedo de ti. Tengo miedo de lo que puedes llegar a hacerme. Odio que sea así.
Pero jodidamente, es así. ¿Sabes la frustración que produce ver que tu puedes seguir con tu vida, y experimentar, con dolor, como yo me estanco? 
Pero aún es peor saber que te gusta verme sufrir. Llámalo X. Llámalo Y. Pero adoras la manera en la que caigo, porque lo sé, porque lo veo, y porque me lo demuestra con cada palabra que me dedicas. 
Me das miedo por una muy sencilla razón: Soy tuya y lo sabes. 
Y haces todo lo que quieres conmigo. 
Eres un cabrón, pero te quiero.
Eres todo lo que quiero, y te odio.

[I hate everything about you..why I love you?]

Gilipollas.

Estúpido niñato de mierda con miras a creerse importante. ¿Pero tú de que coño vas?
¿Crees que es gracioso? ¿Piensas que es un juego? A lo mejor es que crees que a mi me gusta esta situación.
Lo más seguro es que sigas pensando que encuentro esto de lo mas gracioso.
Pensarás que es divertido jugar así con las emociones.
¿Pues sabes que te digo?
Que pueden darte por culo :) No creo que te de el mismo gusto que te produce el humillarme, pero bueno, por algo se empieza.

[Vete a la mierda. No se porqué saliste de ella]

Fuiste el chico perfecto.

Fuiste como mi príncipe. Sabía que en los momentos de necesidad, podía acudir a ti en busca de abrigo, consuelo, amor y besos.
Fuiste mi salvavidas, lo que me sacó de ese mar de estúpidas palabras vacías y sin sentido.
Fuiste mi ángel, y me trajiste de vuelta. A casa. A ti.
Ahora solo me queda recordarte. Recordar cuando eras así.

[Gracias por los recuerdos. Es lo único que quiero conservar de ti].

¿Entiendes ahora porqué

quiero olvidarte? Solo me has traído dolor, y lágrimas. Sufrimiento, y hastío. Nunca fui feliz a tu lado. Siempre fui desgraciada contigo. Y aún a sabiendas de que, seguramente, olvidarme sea tu meta, la mía es empezar a intentarlo. Porque cuando no se ama, es fácil tirarlo todo, dejar que el viento se lleve las pequeñas huellas de lo que pudo ser un sentimiento abismal. Pero cuando se hace...puedo asegurarte que olvidar es el primer paso que no quieres dar, y el último que quieres seguir. Porque cuando la persona que amas te destroza por dentro, lo primero que quieres hacer es olvidarla, pero lo último que deseas hacer, también.

[Llámame masoquista. Pero yo, por lo menos, sí tengo corazón]

Ella

lo fue todo. Fui mi día y mi noche. Respiré por y para ella. Vivía porque sabía que ella lo hacía. Incluso en mis sueños, aparecía, con sus ojos color miel alumbrando mi oscuridad.
Fue mi sueño.
Y cuando la dejé ir, me desperté, rabiando, llorando, muriendo. Me quedé vacío, hueco y sin ella.
Me quedé solo, desnudo, y sin su olor.
Me quedé sin vida cuando ella se marchó.

[Dolor es no verte contenta y alegre todos los días. Dolor es imaginar tus labios y saber que no podré volver a besarlos. Dolor, es saber que te perdí para siempre].

Llegó un momento

en el que llegué a sentir tu dolor como si fuera el mio propio. Esa sensación de creer caer en ese agujero negro me desgarraba el corazón, más aún sabiendo que el tuyo corría la misma suerte.
Fui tu ángel en muchas ocasiones. Te traje a la luz desde la más profunda oscuridad. Te saqué de ese pozo negro que te retenía y no te dejaba respirar.
Tus lágrimas quemaban, por dentro.
Me dolías, y mucho.

[Espero que algún día, mis lágrimas se conviertan en tatuajes de dolor en tu corazón]

El miedo a la soledad


conoce de muchos caminos para dañarnos. Sabe que vivir, crecer, y morir solos, son nuestros mayores temores. Y durante toda nuestra vida, limita nuestra felicidad cercando a nuestro alrededor esa barrera inquebrantable que a veces no podemos romper con un simple: has vuelto…
Porque el volver no le dice adiós a la soledad. Porque volver no significa reponerse. 

[Dolor, es amar a una persona y no poder estar con ella.]

Era más facil cuando veía tu rostro

y se despejaban las dudas.
Cualquier problema, situación dolorosa..cualquier bajón.. todo eso se pasaba al verte.
Mirarte a los ojos, saber que al tocarte, te hago más mio de lo que nadie lo hizo jamás. Y saber que
besarte se convierte en el lazo irrompible que juramos que sería. ¿Pero sabes una cosa? Terminaste con la magia. Dejaste que se alejara de nuestros cuerpos, y nos dejó desnudos..y vulnerables.
Solo cabe preguntarse si algún día volverá.

[-¿Que te dice el corazón cada vez que me miras?
-no lo sé. Tú me lo rompiste. Pregúntale a sus pedazos.]

Nos queda el dolor ¿verdad?

Plagando el silencio de dolorosos gritos insonoros. Siempre quisiste acallar ese sentimiento que afloraba de tu pecho y me hacía inmensamente feliz. Tu nunca quisiste quererme, pero lo hiciste. Y por ello, tu forma de hacerlo fue destructiva. El te quiero de la mañana era el que te den de la noche. Las lágrimas del día, seguían siendo las mismas en distintos amaneceres.
Me diste amor, si; pero detrás de aquellos sentimientos fingidos siempre hubo veneno.

 [-¿Cuando empezamos a perdernos?
-Cuando le dijiste adiós a esto.]

Cambiaste tanto desde la última vez que te conocí.

Sí. Porque te he conocido dos veces. Eras la misma persona, pero no lo eras. Realmente, no.
No es ser bipolar. Es cambiar radicalmente. Es tener otra forma de ser.
Y no te reconocí la segunda vez que pude conocerte. Y fue horrible. Porque yo supe desde el primer momento porqué lo hacías, aunque tu negaras la evidencia.
[Me sigues doliendo, y jode la vida]

Eres dañino para la salud.

Para mi salud. Quererte es como abrazar una serpiente venenosa. Peligroso y mortal.
Pero yo siempre fui una kamikaze, y me lancé a esa aventura, aún sabiendo que me harías daño, porque yo lo sabía. Tus últimos besos me supieron a veneno, y dolía el roce de tus manos.
¿Porqué?
[Esto no me sale contigo. No voy a mentirte. (no mentías a nadie, estúpido)]

Los recuerdos acaban destruyéndonos

Nos dejan hechos trizas. Desintegran la poca entereza que puede quedarnos después de una despedida cruel y triste. Cuanto más felices son, peor nos resulta recuperarnos del golpe. Cuanto más hayas amado, querido o apreciado a alguien, más duele luego estar si él.
Y lo peor, lo peor de todo, son los recuerdos que aún perduran. Cuando alguien te habla, y por un efímero segundo, piensas que es esa persona. Hueles su aroma, y sientes su presencia tan cerca que se te eriza la piel.
Y no te explicas como aún después de todo, sigues necesitandole.

[-¿Porque le odias tanto?
-Por que una vez le amé demasiado.]

¿Sabes lo que es querer ser otra persona

que no necesite de tu ayuda para seguir adelante? Produce una sensación extraña en el pecho. Quemazón..mezclado con algo más. Desazón..melancolía..tristeza.
Es algo horrible ¿sabes? Como si algo tirara de ti en el sentido contrario hacia el que quieres ir. Como si algo te impidiera ser feliz, oprimiendo tus ganas de serlo hasta puntos insospechados.
Intentas por todos los medios continuar esa carrera infinita hacia un futuro incierto que se abre sin obstáculos, pero que presenta innumerables dificultades.
Y sobre todo, deseas con todas tus fuerzas poder mantener esa sonrisa que tan pocas dudas despeja, pero que a la vez, esconde lo que realmente sientes.

[Querer ser feliz, pero no poder serlo (por tu culpa)]

Yo también se hacer daño.

También puedo ser cruel, y devastadora como un maldito huracán. Puedo descolocar tu mente y tu corazón de una manera tan dura que pensarás que te perdiste a ti mismo.
Pero también puedo ser buena persona, y recomponerte pieza por pieza cuando llegues echo pedazos hasta mí.
Lo malo es que esto no siempre es así.
Esto solo lo provocas tú.

Creíste las mentiras como si fueran la única verdad.

Te lo creíste todo. Incluso cuando te dije que eras la peor persona del mundo.
Creíste que, cuando te dije que te odiaba, te lo decía de corazón, cuando en realidad éste estaba estallando en llamas.
También se que creíste aquella mentira tantas veces repetida, que acabo convirtiéndose en tu verdad. Se que me creíste cuando te dije que ya no te quería.
Y aunque al principio lo hice con esa única intención, creo que ahora me estoy arrepintiendo.
¿Pero es demasiado tarde para pedirte perdón, verdad amor?  Pero, aún a sabiendas de que perdonar no es una de tus mayores virtudes, lo intentaré.
Pediré perdón hasta quedarme sin voz. Me arrastraré por ti, y dejaré de engañarme.
Porque cuando te prometí un "nunca se acabará" lo hice desde lo más profundo de mi pecho.

No te diste cuenta de nada.

Los días continuaban claros para tí, llenos de luz, y de sueños. Buenos recuerdos, y un futuro largo, cercano, perfecto.
Pero no lo veías. No veías como yo, poco a poco, me iba rompiendo. Por cada mirada, por cada gesto, o por cada palabra hermosa que no iban dirigidos ni a mi rostro, ni a mi cuerpo, ni a mis oídos. Pero tú pensabas que eso era lo correcto. Ocultarme aquél secreto a voces, para continuar haciéndome feliz.
Amor, no entendiste lo que quise decir el primer día que te conocí. No entendiste nada. Cuando te dije que tu serías mío, y yo solamente tuya, me refería a siempre. Y solo a nosotros dos. A que nadie entrara jamás en nuestra burbuja con la cruel intención de hacerla estallar en pedazos. Pedazos que se llevarían, sin duda, todo de mi.
No entendiste que, cuando te dí mi corazón, lo hice para siempre. Y si, fui yo la que se expuso. Fui yo la que dejó su corazón en tus manos, a riesgo de que pudieras rasgar la poca entereza..la poca fuerza que le quedaba. Fui yo la que se entregó en cuerpo, pero sobre todo en alma. Fui yo la que quiso amarte hasta quedarse sin aliento.
Pero fuiste tu el que me partió por dentro.