Me siento una asesina. Maté tus sentimientos.

Los dejé caer igual que las hoja caen en otoño. No me paré a observar donde caían, ni de que modo.
No me preocupé en recoger los restos, ni en preguntarte si estabas bien. Los pisoteé igual de profundo que se pisa la arena, igual de doloroso que pinchar mil alfileres.
Y ni siquiera me pregunté porqué llorabas. Ni imaginé que sólo sería el principio.
Los asesiné sin detenerme a pensar que aquello era como destruirme a mí misma. Rompí tus sueños sin tan siquiera pestañear. Los maté. Nos maté.
[Los destrocé. Te pido perdón.]

No hay comentarios:

Publicar un comentario