Conocerte abrió las puerta.

Hizo que el cielo se viera más azul. Que el mar se tildara de ese verde grisáceo que nos gusta tanto.
Morirme se tornó tan lejano.. y vivir por ti era mi presente, y mi futuro.
Codicié tu corazón hasta lo más profundo de mi ser. Fue su dueña mucho tiempo, y lo llené de amor, ternura y besos dulces durante horas, días, meses. Respiré tu aire y acaricié tu alma. Te desnudaste sin pudores, y me abrazaste sin miedos. Fuimos uno. Fuiste mio.
Y yo me dejé caer en tí, como las hojas en otoño, de forma suave, sin temor a lo que me esperara, a lo que pasaría si tus manos no me sostuvieran. No tuve miedo a caer en el olvido, a sentirme sola, desamparada, y sin un corazón salvador.
Nunca tuve miedo.. Hasta ahora.

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