Bébete la vida.

Con cada suspiro y con cada caricia que te da. Muérdele la oreja, y hazle sentir cosas que nunca sintió. Bésale en el cuello y hazle gemir. Porque el deseo no se puede contener, y el sentimiento, si es mutuo, es recíproco.

1 comentario:

  1. Ahhh, joder, este si que me ha encantado :) jajajaja.
    Un beso tóh grande:)

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